UNA CORRECTA ALIMENTACIÓN Y EJERCICIO
FÍSICO DETERMINANTE EN LA EVOLUCIÓN DE LOS PACIENTES CON FIBROMIALGIA
FT Edna Rodríguez
Fisioterapeuta. Universidad Escuela
Nacional del Deporte. CaliManejo de terapia manual
Disfunción oclusal (ATM)
Fisioterapeuta del Centro de Medicina Biológica Dr. O´Byrne
HISTORIA
La primera descripción parece haber sido en 1869
el médico estadounidense George M. Beard le aplica el término de Neurastenia
aplicado a las personas que presentaban pérdida de la fortaleza, fatiga o cansancio
de manera crónica. En 1843 el anatomista Robert R. Frutier describió una
asociación entre reumatismo y puntos dolorosos de músculos rígidos. Febrícula o fiebre baja y fatiga.
INTRODUCCIÓN
La fibromialgia es una enfermedad reumatológica reconocida por todas las
organizaciones internacionales y OMS en 1992, se caracteriza fundamentalmente por dolor constante
generalizado que lo manifiesta como quemazón muscular acompañado de fatiga que
no se corresponde con el esfuerzo. Es común en mujeres que en hombres y suele
aparecer entre los 20 y 50 años de edad.
Según
Eloymar Rivero, anestesióloga venezolana, opina que en la fibromialgia
“ciertamente hay un compromiso muscular importante y comienza a haber memoria
de dolor o sensibilidad en los músculos (sensibilidad central y periférica),
donde incluso se remodelan los vasos sanguíneos a nivel periférico; pero
definitivamente no hay una única causa para la enfermedad. Su origen ha pasado
de ser psicológico a ser multifactorial. Hoy día se considera que están
involucrados factores neuroendocrinos, neurosensoriales, inmunológicos y hasta
genéticos”.
Rivero
indica que la comorbilidad o la presencia de otras patologías es común: por
ejemplo, los pacientes con fibromialgia pueden padecer del síndrome de intestino
irritable, fatiga, alteraciones en el sueño, obesidad, y otros problemas de
carácter psicológico.
El cansancio y el malestar general, el dolor y la ansiedad que padece de
forma crónica, afectan totalmente su vida cotidiana y por lo tanto afecta
también sus hábitos alimentarios que suelen ser alterados. Pueden encontrarse
graves desequilibrios nutricionales y la aparición de obesidad por la falta de
ejercicio físico y mal reparto de las calorías.
Es un hecho demostrado que los hábitos alimentarios pueden estar
implicados en el origen de algunas enfermedades como las cardiovasculares, la
obesidad, la diabetes y determinados tipos de cáncer.
Por lo tanto, una alimentación equilibrada aportará la energía, las vitaminas y los minerales imprescindibles para mejorar la calidad de vida y evitar la aparición de complicaciones por carencias o excesos.
Muchos pacientes con fibromialgia son sedentarios y sus niveles de capacidad cardiorespiratoria es muy baja. El dolor, la fatiga y la depresión también contribuyen a llevar un tipo de vida sedentario y por consiguiente a tener poca capacidad física (desacondicionamiento). Pues es bien difícil aconsejar y convencer a una persona que se siente terriblemente cansada que debe hacer ejercicio físico, parece un absurdo, pero es fundamental.
Se han realizado diversos programas de ejercicios aeróbicos tanto en tierra como en agua, de fuerza, flexibilidad y ejercicios de movimiento. Por ejemplo el Pilates es un ejercicio que mejora de forma considerable el dolor y el impacto funcional, ya que aumenta la capacidad funcional disminuyendo el nivel de dolor.
El tipo de Pilates que recomiendo es con auto carga, con el fin de que el paciente controle su propio peso, vigilando que éste no despierte niveles altos de dolor y teniendo en cuenta que la intensidad del ejercicio debe incrementarse paulatinamente hasta llegar a un nivel moderado.
En
conclusión el tratamiento para la fibromialgia debe ser un tratamiento integral
donde se vea al paciente como un todo,
no solo desde sus síntomas y abordaje farmacológico, sino en busca de alternativas
de tratamiento no invasivos que vaya a favor de mejorar las condiciones física
y emocionales, para
lograr un cambio perdurable en el estilo de vida de estos pacientes la
motivación se convierte en un factor fundamental. “Cambiar
los hábitos alimentarios y de actividad física y mantenerlos en el tiempo. Por
esto es necesario dar a conocer los objetivos de estos cambios en el
estilo de vida así como sus resultados a corto y largo plazo.
Se recomienda individualizar y pactar los planes de alimentación y de actividad física con el paciente, adaptándolos a sus necesidades nutritivas, metabólicas, culturales y de preferencias. Es necesario implicar al paciente en la gestión de su tratamiento, utilizando estrategias educativas y motivacionales, estableciendo a la vez una buena comunicación con el paciente y con su familia.
BIBLIOGRAFIA:
1.
GARCÍA, MANSO J.M.; M. NAVARRO, VALDIVIESO.;
J.A. RUÍZ, CABALLERO. Bases teóricas del Entrenamiento Deportivo. Ed. Gymnos.
Madrid 1996
2.
Gobierno de Aragón Departamento de Salud
y Consumo. Protocolo para el Abordaje de la Fibromialgia de la Comunidad de
Aragón. 2006:1-26.